Si vas a matarme algún día,
mátame de una vez por todas.
Pero mátame: de un beso,
de un abrazo,
con el filo mortal de una caricia.
Róbame de súbito la respiración,
pende mi vida de un hilo,
contándome secretos al oído.
Sea lo que sea que vayas a hacer,
hazlo de una vez,
que la incertidumbre
me está matando de frío.
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