lunes, 20 de septiembre de 2010

El grito!!!





Para dar el grito,
de gozo y de júbilo,
sólo necesito tu voz en mi oído.
Tu mano,
recorriendo mi cuello
acercándome para
decirme un gran secreto,
tan secreto,
que ni tú lo sabías.

Y es ese misterio
(léase como si fuera portugués Mishterio!)
que ha brincado del borde de tu corazón
a mis labios,
despertando mi fervor patrio,
ya de por si desbocado
por los festejos del bicentenario.

Entre tantas lenguas que dominas,
es curioso que no dominaras la propia
y ya armada la revuelta
decidieras de último minuto,
dar marcha atrás,
como si nada valiera la pena.

Como en todo movimiento revolucionario,
la poderosa ola gigantesca se convirtió
en un torrente desordenado,
que terminó arrastrando
los ánimos a ningún lugar
y sin ningún motivo.
Dejando en su lugar cierto vacío.
¿Entonces para qué armamos tremendo lío?

Ni modo, todos de vuelta a la torre encantada!
a esperar el próximo cuento,
uno que logre pasar de las páginas del inicio.
Saquen una hoja y escriban,
cómo les hubiera gustado que siguiera la historia.
Escriban, escriban, escriban!!!
mientras el tiempo nos lleva a nuestro destino.