viernes, 1 de octubre de 2010

Escribe! Es el momento

Lo bueno de ser poeta
es que podemos decir
las cosas difíciles
incluso de una manera
linda.
¿Cómo resistirse?
¿Cómo ofenderse con una caricia que corta?


Tu lengua colibrí
revolotea en mi memoria
¿Quién quisiera atraparla
y contenerla en un suspiro
excelso, infinito
húmedo, travieso
jadeante?

Así es,
ese recuerdo inesperado,
me altera.
¿No sé a bien si me molesta
o me atrae,
me perturba o qué cosa?
Lo que sí, me entretiene,
como un pensamiento sombra
que no se desvanece
ni se materializa.

No esperaba sorpresas ese día,
tal vez por eso llegaron
y antes de que el recuerdo
se diluya para siempre
y quede sólo la memoria
de un suceso extraño,
no por eso menos delicioso,
escribo...

En el papel del que están hechos los sueños,
digo gracias también,
por el cuento que
escribiste en la punta de mi lengua,
sabes que me encantan las historias,
contadas al borde del abismo
en el filo delgado de mi oído,
con delicadeza de cuentacuentos
que me mantiene
involuntariamente
atenta a tu sonrisa.

Adiós lengua frutal,
trovadora,
cuentista,
roba besos.
Sigue escribiendo en manuscrito,
con tinta fresca,
en hermosos papeles mágicos
para alimentar con nuestros anhelos
a los dragones contenidos
por los deseos inentendibles
que a veces salen a flote
y en una exhalación de humo
se esfuman para siempre.