jueves, 30 de junio de 2011

Parámetros de Vida


Si supiera que hoy que es la última vez que nos miramos a los ojos, te miraría por horas para tratar de fijar tu recuerdo en mi mente. Capturar de algún modo el color miel claro de tus ojos en el fondo de mis pupilas como si pudiera mirar en tus ojos mi pasado, presente y futuro.

Si supiera que nuestro tiempo se ha terminado, te abrazaría con fuerza. Trataría de atrapar la sensación de tu cuerpo entre mis brazos, cargarme de tu tacto, de la sensación de tu mano sobre la mía.

Si presintiera que se acerca nuestro día, te contemplaría, besaría tu frente mil veces y te pediría que me bendijeras una vez más, que tu cariño me cubriera y me protegiera para siempre.

Si estuviera cerca nuestro último momento juntas, te doblaría pañuelos en dos, en tres y en cuatro para luego desdoblaros.
Te doblaría pañuelos en dos, en tres, en cuatro…….para luego desdoblarlos…

Si esto fuera lo último que escucharas de mi boca te diría lo mucho que te quiero, lo mucho que deseo que este viaje sea tranquilo aunque presienta lo mucho que me harás falta, sé que por más que quiera retenerte te irás de entre mis manos.

Pero uno a veces es tan extraño que no aprovecha para decir mil veces, te quiero. Para decir un millón de veces, gracias por todo lo que me has dado. Para estrecharse en un abrazo y llenarse de millones de besos y cargar las pilas para aguantar el tiempo que falta para que nos reunamos para siempre.

En cambio, me voy a mis actividades cotidianas fingiendo que vas a estar para mí mañana, el próximo fin de semana o cuando sea, para decirte lo mucho que te quiero y agradecerte todo lo que has puesto en mi corazón.

Entonces nos vemos como si con solo mirarnos nos dijéramos todo lo necesario y con un sencillo –te quiero- nos disponemos a pintamos las uñas de “rojo conflicto” con un toque de brillitos estelares infinitos.

lunes, 6 de junio de 2011

Estar aquí




Tal vez me regresé de la selva
porque no llevaba
la ropa adecuada para el evento.

Tal vez, porque no traía el corte
ni el peinado deseado
y las uñas eran un desastre.

Tal vez, porque me dijo que no tenía
caso que fuera
y me dio sentimiento.

Tal vez estaba cansada
después de horas en el autobús,
de ir de un lado para otro.

Tal vez tenía más ganas de estar
con el Dr. Publicador
y disfrutar de un día relajado.

Tal vez, pensé,
que pensaba,
que yo …..
pensaba una maraña de ideas,
que atoraban mis piernas
con los pendientes que me esperan.

Tal vez muchas cosas,
pero entre tantas,
decidí moverme hasta Xalapa,
en donde las ideas siempre
se me agolpan,
haciéndoseme inmensos los pensamientos
y desbordándose en palabras.

Tal vez,
hoy se trataba estar aquí
y en ningún otro
lugar,
porque así lo decidí.