Era mejor
cuando éramos esclavos
en Egipto!
Y no teníamos la
libertad de besarnos
y arrepentirnos,
entonces,
no podíamos decidir
mirarnos a los ojos,
con la sensación
de nuestros alientos
sobre los labios,
para luego ignorarnos.
Era imposible
descubrir,
aunque con pánico,
un sentimiento
que pensábamos
perdido o agotado.
Era mejor cuando
éramos esclavos
de los
convencionalismos
y nos sentíamos
tranquilos.
Pero una vez probada
la libertad,
aunque no se sepa
bien a bien
qué se quiere
hacer con ella,
no se pueda dar
marcha atrás.
Quedan las sensaciones
tintileando,
brincoteando,
hormigueando,
mientras se convierten
en recuerdos.
Con la libertad,
sin saberlo,
uno descubre
el poder en sus manos
para abrir el Mar Rojo
y transitar hacia lo desconocido
o el poder de sentarse a lamentar
cómo el pasado
era supuestamente mejor…
La libertad
es un reto,
una responsabilidad,
un regalo,
lo que uno haga con ella,
puede ser sorprendente.
1 comentario:
La libertad es un reto, encarna mucha responsabilidad y, sobre todo, cuesta mucho. Pero vale la pena. A pesar de todo. Creo.
Saludos
Publicar un comentario