martes, 16 de agosto de 2022

Había que escribir mucho

 


Había que escribir mucho

para purgar la pelusa

que me tragué sin querer

mientras dormía

 

Había que escribir mucho

para dejar fluir

las palabras

que se me quedaron

atoradas en el pecho

por años, años, años, años, años, años, años, años, años

 

Había que escribir mucho

para vomitarte en la cabeza

todo lo que es tuyo

y que me tragué

hasta quedarme sin sentido

 

Había que escribir mucho

para colocar las palabras

en el orden adecuado

para transmitir

las ideas

como las quería decir

y no revueltas como me han salido por años

 

Había que escribir,

sobre el hoy

sobre el ayer

sobre el mañana

 

Había que escribir

y si fuera necesario llorar, llorar

gritar, gritar

amar, amar

para al fin poder,

si no olvidar,

al menos quitar del camino

poner en su lugar

los recuerdos

que estorban la visión

y me dificultan

entusiasmarme,

con lo que pueda

ver

oler

tocar

y percibir

 

Había que escribir mucho

porque además

de la pandemia

me he sentido como

si me hubiera pasado un camión

por encima

y me acabo de dar cuenta

que salí ilesa de semejante situación

pero el susto ha sido suficiente

para paralizarme un montón

 

 

Había que escribir mucho

porque hay mucho que decir

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