martes, 8 de abril de 2008

Porque él nos amó primero.

Amamos,
porque él nos amó primero.
1ª Juan 4, 19



Cuando guardé silencio,
después de mucho protestar,
pude escuchar,
que decías cosas gratas en mi oído.

Entonces,
pusiste tus manos en mi cintura,
tu cuerpo pegadito al mío,
y sentí tu amor latiendo en mi.

Tu abrazo fraterno,
me llenó de un cariño profundo,
cerré mis ojos
y te descubrí,
aspirando el aroma de mis cabellos.


Imaginé tu sonrisa
y tuve la certeza,
de que tu amor nunca se ha ido,
que lo que he buscado,
siempre lo he tenido.


Voltee,
nuestras miradas se encontraron,
te besé en los labios
en la frente, la mejilla y la barba,
recorri con calma tu pecho,
tu piernas,
me detuve en tu espalda
y aspiré de tus cabellos,
el perfume de tu corazón.

Después de recorrerte
y reconocerte como mío,
me has tomado entre tus brazos,
poniendo un beso en mi frente,
otro en mi boca
y un beso de fuego
en mi corazón,
todo en mí se incendió.

Porque me amas, es que amo yo.

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