miércoles, 25 de agosto de 2010

Adiós, adiós, adiós, again...


Acepto que te extraño.
La verdadera tragedia,
es que ya te extrañaba
desde antes de que te fueras.

Así que supongo que
ya te habías ido
y no habíamos caído en cuenta
de la gravedad de lo perdido.

Tu deseo se marchó
y era sólo tu cuerpo
que sonámbulo
daba vueltas indeciso
y no sé bien
entre qué y qué
se debatía.

Me fui, porque no estabas
ya era como un eco mi voz
en tu cuerpo ausente,
en tu deseo que no estaba ya conmigo.

Tal vez tu corazón
se había marchado
o nunca se había liberado
de alguna extraña fuerza
que siempre te ha retenido
y te trae en la vida
en un desquiciado vaivén.

Pero bueno,
te extraño,
te pienso
y recuerdo,
lo mucho que hemos compartido,
las historias que juntos construimos
y las aventuras que corrimos.

Imagino,
que es una nueva despedida,
¿Será definitiva?
¿Será parte de un ciclo de adioses necesarios?
No sé qué es,
pero fue grato todo lo vivido.

Adiós, adiós, adiós, again...

2 comentarios:

marichuy dijo...

Querida

A veces creo que necesitamos varios cielos: uno para las dichas, otro para el desamor, otro para los amorosos y otro para los adioses.

Un abrazo

Cuentos Bajo Pedido ¿Y tu nieve de qué la quieres? dijo...

Marichuy:

Te refieres a cielo, así cómo que se murió y se fue al cielo?
No sé te leí y me dieron ganas de llorar…
¿Estoy sentimental?
¿Ya estoy mirando otras cosas?
¿Es el adiós verdadero?
Gracias por leerme y comentar.
Besos