lunes, 5 de marzo de 2012

Devorándome otra vez



¿Cómo se hace
para transitar 
este momento?

¿Se sienta uno
a esperar a que se diluya
la sensación
de tu tacto sobre mi cuerpo?

¿Se espera
a que llegue un nuevo amor,
encimando sus caricias,
confundiendo tu recuerdo?

¿Se guarda silencio,
para no trastocar
el equilibrio perfecto?

¿Se habla,
para que fluya
la sensación de tu boca
recorriendo mis deseos?

¿Se escribe,
para darle
un justo valor
a lo mágico del encuentro?

¿Se atesora,
el recuerdo
aunque nos devore
por dentro?

No sé qué hacer,
supongo que transitar
como se pueda,
dejarse tocar,
mover, vibrar,
alterarse lo suficiente,
tratar de respirar,
aunque sea entrecortadamente.

Dejar en el pasado,
a quién decidió ser pasado
y hacer que suceda en el presente
lo que anhelo
para mi futuro.

Permitir,
sin más,
que la vida me sorprenda,
recibir
y dejar ir,
sin que las ausencias
se conviertan en tragedia.

Recibir
y dejar ir,
sin que las presencias
se vuelvan una
tormenta.

Disfrutar,
con una sonrisa
lo que la vida
nos va dando.

Cerrar los ojos,
saborear
y seguir.

Tal vez,
lo que estemos buscando
está a punto de ocurrir.

1 comentario:

marichuy dijo...

Ahí esta el quid: saber dejar ir sin que la presencia ausente se vuelva un tormento. Quid harto complicado, sobra decir.

Abrazo