lunes, 21 de julio de 2008

Ojos azules en tempestad

Ojos azules,
corazón de fuego.

¿Cuántas veces
yo he llorado entre tus brazos
y encontrado consuelo?

Tu has sido
la presencia de Dios para mi,
cuando estoy al borde del abismo.

Mi confidente,
mi cómplice,
mi rincón,
donde puedo chillar
hasta descocerme.

Siempre has tenido
certeras palabras de aliento,
me has acurrucado
para que en medio del dolor agudo
pueda conciliar el sueño
y tenga un poco de descanso,
cuando he sentido que el mundo
se me viene abajo.

Yo, te escucho y te abrazo,
pero siempre me siento impotente ante tu dolor
y sólo quisiera arrancarlo de tajo
y verte feliz con tan sólo desearlo.

Espero ver pronto tu sonrisa,
oír tu voz con alegría
y sentir tu energía.

Mientras tanto,
está aquí mi mano,
mi poesía,
mi puño,
mi letanía de groserías (por si hiciera falta),
mi llanto
y si te ayudara en algo,
mi silencio.

Pero sobre todo,
tienes mi deseo,
de que sea lo que sea que te toque vivir
lo vivas con intensidad para que pronto
pases a momentos más gratos.

1 comentario:

Vanessa Castañeda dijo...

como siempre elocuente y tocando el corazón!!!!!
:)